Hacking y los delitos en las redes sociales

Todos hemos escuchado el término «hacker» o «hackear» y seguro que lo hemos visto en multitud de series y películas con los tópicos acordes a ello.

Lo cierto es que es un tema que, al igual que todo uso de tecnologías, está a la orden del día.

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La RAE nos define el término «hackear» o «jaquear» como «introducirse de forma no autorizada en un sistema informático».

A partir de la década de los 80, los programadores aficionados desarrollaron y probaron técnicas para violar sistemas de seguridad pero se mantenían dentro del ámbito legal. Pero con el tiempo surgieron aquellos que se aprovechaban de errores de los sistemas informáticos y burlaban el sistema de seguridad entrando en la ilegalidad.

Desde los primeros años de la década de los 2000 se ha ido desarrollando una perspectiva del hacker, aunque el concepto es visto siempre asociado con connotaciones negativas.

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El terminó se popularizó en relación con el activismo, del que nació el llamado hacktivismo, que tenía unos fines sociales ecológicos, humanitarios y cualquier tema relacionado con la defensa de los derechos humanos. En específico se hizo popular por la liberación de información clasificada que se considera que debería estar a disposición de la sociedad, con famosos casos como el de Anonymous o WikiLeaks.

En español, es obligatorio conocer la diferencia entre hacker y cracker, porque el mal uso de los términos ha llevado a asociar la figura del hacker como la del delincuente y esto no es así. El hacker es aquel que es capaz de introducirse en sistemas informáticos ajenos y, el cracker, es aquel que hace lo mismo pero con fines ilícitos.

En relación a la criminología y los delitos en Internet o ciberdelitos, nos centraremos es las acciones de los crackers ya que son los que principalmente infligen las leyes.

Como usuarios, podemos ser blanco de los crackers por motivos como, información, dinero o simplemente aburrimiento. Seguro que muchos habéis escuchado alguna vez que les han entrado en la cuenta de alguna red social, o que se ha filtrado un tráiler de una película. Es aquí donde vemos el trabajo de hackers y crackers.

Uno de los métodos más comunes son los troyanos vía mensajería instantánea, ya sea por correo electrónico, redes sociales, descargas o publicidad en la web.

También encontramos «phishing» como engaño a los usuarios, normalmente por correo electrónico, lo que conduce al siguiente tipo, los sitios web falsos, copiando una existente o nuevas webs que en sí son falsas, donde pueden pedirnos nuestros datos personales incluso bancarios. Incluso algunas disfrazadas de virus e incluso comunicados policiales falsos.

Debido a la masificación de las redes sociales, estas se han convertido en un foco para los ciberdelincuentes, y un tipo de crackeo clasificado como delito y bastante común, es el phishing y suplantación de identidad en tales redes.

En este contexto nos aparece un nuevo termino, la ingeniería social, es el hecho de manipular a las personas para que revelen información confidencial o realicen ciertas acciones sin que tengan conocimiento de las implicaciones que ello pueden acarrear. El atacante pretende que la víctima confíe en él y en el entorno donde opera se trata del aspecto social de la ciberdelincuencia.

Una de las medidas para evitar todos estos ataques es, siempre vigilar al navegad por la red o en el uso de las redes sociales, otro aspecto es no publicar ciertas informaciones en internet o en las redes sociales. Pero ciertamente la gran importancia recae sobre la privacidad y su configuración en las redes sociales, es importante revisar la privacidad de todas las redes y restringirla a nuestros conocidos.

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Para combatir este tipo de delitos, la informática se ha ramificado creando la computación forense, tanto digital como englobe o en redes.

La informática forense nace de la necesidad de la investigación de crimines relacionados con la red e Internet a través del análisis de datos  y las evidencias digitales. Su base principal es la investigación y estudio de todo tipo de evidencia digital involucrada en un incidente con el fin de convertir esas evidencias en un instrumento de valor legal en procesos judiciales. Es aquí donde vemos la colaboración y unión de la informática con los procesos judiciales y el derecho.

Bibliografía/Webgrafía

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